Adonde la música nos lleve…
Para ti, coralista, ya seas coralista activo, excoralista o
futuro coralista.
Para que recuerdes este maravilloso viaje o para que te
sientas parte de el.
Esta reseña va para todos aquellos que disfruten cantando y
no es un reportaje cualquiera. No pretende ser una información turística que se
encuentre en cualquier guía; vamos a mostrar las vivencias, las emociones y
todos aquellos momentos que hicieron de este viaje una experiencia inolvidable.
Tras meses de especulaciones, la tarde del 4 de abril de
2017 comienza nuestra aventura. Tenemos por delante catorce horas con destino
Paris.
Pequeña parada cerca de la frontera en San Sebastián para
cenar. De Nuevo en el autobús, sesión de cine a cargo de Raúl Melero y Alex
Hernández sobre el anterior viaje a Coímbra. El Mondego se iba transformando
lentamente en el Sena.
Día 5 de Abril de 2018, Un despertar, bostezos, nos
desperezamos… Estamos en los Jardines de
Luxemburgo y empezamos a andar......todo el Barrio Latino, pasamos La Sorbona,
la librería Shakespeare &CO, Notre Dame, la Tour St Jacques y alto en el
centro Pompidou, en Les Halles, para comer, unos, cómodamente, un crepe
y otros, en la calle, defendiendo sus bocatas del ataque de las voraces
palomas.
Nos recogió el bus e hicimos una gran visita panorámica que
terminó a las 6 en Montmartre. No podremos olvidar lo bonito y sereno del Sacre
Coeur y la esencia tan especial de Montmartre.
48 horas después, necesitábamos una cama en condiciones, la
del Hotel Campaille Bagnolet.
Al día siguiente (6 de abril 2018) nos fuimos temprano a
Versalles, Buen tiempo para pasear por
los jardines, hacer fotos,....comimos en los preciosos jardines, cosa
terminantemente prohibida. Tal vez por la mala conciencia de este hecho, le
dedicamos un pequeño concierto
espontaneo de despedida.
Por la tarde nos esperaba la Torre Eiffel, con las típicas
fotos en el Trocadero y un estupendo paseo en barco por el Sena y sus
puentes, cantando, riendo…Un momento
inolvidable. La cena en un autoservicio de la Rue Rivoli, con un intento inútil
de hacer percusión con los vasos de plástico.
El siguiente día el 7 de abril de 2018, lo llamaremos” París a pie”: No paramos de
andar hasta caer rendidos en el restaurante del Arco de Triunfo. Comenzamos por
los puentes del Sena. Para los que, como yo, tengan nostalgia, les diré (con
voz teatral y grave): En alguna barandilla, hay un candado con un corazón que
no se olvida de nosotros, donde reza “Coro Núñez de Arce 2017 . Cada oveja con
su pareja”.
En el Pont des Arts, conocimos a un simpático acordeonista
callejero, le regalamos “Signore delle cime”. Nos despedimos para entrar al
Louvre, y partiendo de las Tullerías recorrimos los campos Elíseos; comida en
la preciosa plaza del Palais royal, y de ahí a la Madeleine y finalmente a la
ópera Garnier. Paseo hasta la Place de L´´Etoile y, por fin nos sentamos a
cenar.
Nuestro querido conductor del bus nos tenía preparada una
sorpresa para despedirnos de París. Recorrido Panorámico nocturno y final
en el Trocadéro, la plaza en alto que domina sobre la torre Eiffel que nos dijo
adiós llena de luz y un "volved pronto”.
Y amaneció el cuarto y ultimo día en Paris: Llamémoslo “día
Disneyland”.
Visitamos las dos partes en que se divide el parque, para
todos los gustos: Atracciones o devoción por los Estudios cinematográficos, fue
un final de cuento de hadas
Inevitablemente nos
montamos en el autobús para otra inolvidable noche viajando, contentos,
disfrutando hasta el final.
Crónica Bruja.
Tomas falsas: Anecdotario.
Momento Pompidou: Comentando entre risas el
destartalado aspecto del susodicho edificio, un circunspecto viandante nos
fulmino con la mirada. ¡Si las miradas matasen…!
Momento sobrenatural: En el Telf de una coralista
aparece, una extraña grabación de media hora de duración exclusivamente con los
techos del palacio de Versalles, con alguna que otra psicofonía admirativa.
Momento histórico: Localización en el Museo del
Louvre de la Esfinge de Tanis.
Momento pánfilo tecnológico: Se ha de señalar la incompresible tecnología de los W.C. parisinos, que nos puso en más de un apuro.
Momento Nocturno (1): Fiestuqui con única coralista
en pijama, con chanclas y calcetines blancos. En la Terraza
confraternización entre coralistas y,
según fuentes fiables, guapísimos franceses.
Momento nocturno (2): Coralistas disléxicos casi crean conflicto internacional. Dos coralistas intentan
localizar a un tercer coralista en una habitación con los mismos números pero
diferente orden. Tras llamar insistentemente a la puerta, les abre una japonesa
ajena al grupo. Salen huyendo.
Momento “Yonoquiero”: Persona “Clave”, se equivoca
sospechosamente de puerta de salida, en un fallido intento de no subir al bus
para el viaje de regreso.
Y para finalizar:
Momento poeta de Raúl Melero: “De París guardo mucho
recuerdos. Los que no faltan en cada viaje, los de la convivencia con los
coralistas. Algunos de ellos más habituales y otros a los que no llegas a
conocer a lo largo del curso hasta que no llega el viaje. Recuerdo algunos
momentos, como cuando asomamos la cabeza en un muy curioso bar próximo al Sacre
Coeur donde un pianista interpretaba Le Poinçonneur des Lilas, de Serge
Gainsbourg. O cuando pasamos cerca del Olympia, donde se celebraron conciertos
tan memorables como los de los Beatles, o más recientemente Joaquín Sabina, y
donde se grabaron discos en directo que figuran entre los más clásicos, como el
del cantautor español Paco Ibáñez en el 68, o el del cantante y guitarrista
Jeff Buckley, que registró el mismo Hallelujah de Leonard Cohen (y se equivocó
en la letra) que tantas veces hemos cantado. Pero lo principal, como en cada
viaje, son los momentos que compartimos y en los que los lazos que nos unen
como coro se vuelven más fuertes.”
Y Momento topicazo: La voz ronca de Doolew Wilson cantando
"As time goes by" mientras Humphrey Bogart e Ingrid Bergman
recordaban…
"Siempre nos quedará París".
Muchas
gracias a todas las personas que han hecho posible esta fantástica experiencia
y a todos aquellos que habéis aportado vuestro recuerdo para la confección de esta historia.
Julia Anisimov Rodíguez